El inevitable “Back to School”

Posted by Cristina Muniz on

A punto ya de comenzar las clases, muchas se enfrentan a esos días de orientación en los colegios. El momento agridulce donde culmina el verano y nos preparamos para otro año escolar.
Son estos días donde, con nostalgia, se piensa en todo lo que hicimos en el verano y tomamos nota mental (porque tenemos demasiadas listas de back to school) del “bucket list” del verano próximo: todos los viajes de turismo interno, talleres educativos y deportes “outdoor” o extremos que se nos quedaron pendientes por hacer. Agradecemos las despertadas más tardes, la disminución de los “corre y corre” y el descanso de los horarios nocturnos de las prácticas deportivas o actividades “after school”.

 Quedarán sin ser extrañados los conflictos de cuido por los días donde no hay campamentos, y las discordias provocadas por las violaciones de “screen time” (ojo que posiblemente sus chicos ya saben simplemente darle “ignore” cuando les suena la alarma 🤨). Las noches de “curfew” extendido nos pasan factura esta semana cuando intentamos, con más o menos suerte, adentrarlos nuevamente en la rutina.

En la orientación se encuentran los padres antiguos, esos que se reciben con cariño en las casas durante el semestre, y los padres nuevos que buscan en cada cruce de miradas validar si tomaron la decisión correcta cambiando a sus hijos de escuela. “Only time will tell my friend”. La dinámica más esperada comienza, y mientras la administración explica el reglamento, los padres esperan con ansias saber a lo que realmente se va a la orientación: a saber quien es la maestra y “con qué amiguitos cayó el nene”. Algunas madres quizás ya lo sabrían pues antes de que culminara el año anterior se paseaban por la escuela procurando, solicitando, quizás hasta exigiendo 😝 la maestra del año próximo. Otras se enterarán cuando se supone y se prepararán para darle al hijo “la terapia correspondiente” porque no cayó con la maestra o los “panitas” que quería.

 

Y a alistarse porque comienza….¡el “whatsapp” extravaganza! El chat de la clase 20xx no se borra – ahí se suman los padres nuevos. No se escapen de ese porque ahí llega lo “divertido”: algunos cumpleaños, los “fundraisings” y los recordatorios de todas las actividades de la escuela y salidas en horarios extraordinarios para los que nunca entran a la página a bajar el calendario 😏 o lo imprimen pero no lo anotan 🤪. Los que cuentan los días para las vacaciones sí miran el calendario pero para ver qué día acaban en diciembre y cuando empiezan en enero y así planificar las próximas escapaditas. Se puede “exit” del chat del salón de Mrs. xx, porque van a crear uno nuevo ah! Y ese tam-bién es necesario porque si no, ¿dónde se compartirían las tareas que no copiaron los niños y los repasos para los exámenes?... 

 

De regreso a la casa se piensa en “la joroba que les va a dejar el bulto”, si tendrán los nenes que subir muchas escaleras, de acordarse de meter los cubiertos desechables en la lonchera, y que el termo y el abrigo estén personalizados para que no terminen en el hoyo negro del “lost and found” la primera semana de clases. No se olvide sacar las citas de dentista porque ya van casi por los 6 meses de espera y mañana a comprar los materiales que no habían pedido para pasado mañana. Vuelve súbitamente la avalancha del “multi-tasking” mental, el “invisible load” que cargan, en su mayoría, las madres sin precio ni aprecio.

“Importante tener a la mano un martillo de familiares, amigas y red de apoyo que nos ayude a, “in case of emergency: break the glass” con una salidita, una cena, un oido para desahogo o una boca sabia para ofrecer un consejo.”

En fin, que si empiezan las clases hay queja y si no también. Al final toca disfrutarse cada etapa de los niños porque de lo que no queda ninguna chispa de duda es de lo rápido que crecen. “Brace yourselves” para un año más. Importante tener a la mano un martillo de familiares, amigas y red de apoyo que nos ayude a, “in case of emergency: break the glass” con una salidita, una cena, un oido para desahogo o una boca sabia para ofrecer un consejo. En el proceso y entre los lamentos de todos los días, no se olvide dar las gracias de tener la fortuna de ser mamá porque a pesar de tanta locura sí que es maravilloso.

 

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